El tipo de interes
Antes de contratar una hipoteca tenemos que valorar muchas cuestiones como las ofertas y condiciones que nos ofrece cada banco, si tenemos que contratar un producto para conseguir las mejores condiciones de préstamo o cuál es el tipo de interés que vamos a pagar.
Quizá el más importante de ellos sea precisamente el interés. Es decir, el dinero extra que tenemos que devolver al banco por el capital que nos ha prestado el banco. A la hora de elegir un tipo de interés para nuestra hipoteca, evaluamos no solo las cuotas mensuales, sino también el interés total que pagamos a final de mes.
Dependiendo de la tasa de interés, los bancos ofrecen tres tipos de hipotecas: variable, fija o mixta.
-En una hipoteca variable, el interés varía a lo largo de la hipoteca.
-En una hipoteca fija, pagamos el mismo interés durante todo el plazo del préstamo.
-En el interés mixto pagamos interés fijo al principio (3 o 5 años) y luego interés variable.
Debemos tener claro que no existe un modelo de financiación mejor que otro, sino que la decisión de optar por una hipoteca a tipo fijo o variable depende de nuestros ahorros, de nuestros ingresos y de las hipótesis de riesgo que podamos y estemos dispuestos a asumir en cuotas mensuales.
Por ejemplo, en una hipoteca a tipo variable, la cuota inicial es menor. Esto se debe a que, para empezar, tienen tasas de interés más bajas, por lo que son más baratos. Además, las hipotecas variables tienen plazos de pago más largos, por lo que puede extender sus pagos a lo largo de los años.
Por último, no hay muchas comisiones en las hipotecas variables. Estos tres aspectos a priori hacen más accesibles estas hipotecas.
En cambio, las hipotecas variables tienen cuotas volátiles.
Teniendo en cuenta que el interés de estos préstamos se revisa anualmente o semestralmente, en un año o unos meses podemos pasar de pagar cuotas mensuales muy bajas a cuotas mensuales altas.
¿Como cambiar de tipo de interes?
Si decides cambiar tu hipoteca de tipo variable a tipo fijo, consulta con tu banco qué opciones tienes disponibles, ya que tendrás que negociar con ellos directamente.
En principio, tienes tres posibilidades:
-Cancela tu préstamo y solicita una nueva hipoteca con el dinero que tienes pendiente de pago.
-Apuesta por la novación (es decir, cambiar tu hipoteca actual).
-Optar por la subrogación (es decir, entregar tu hipoteca a otra entidad y negociar con ella).
Cualquiera de las dos últimas opciones es mejor que cancelar tu hipoteca y abrir una nueva, porque esta última es más cara: tendrás que cubrir la comisión de cancelación (entre el 0,25% y el 0,5% del importe del préstamo), y el coste de establecer una nueva hipoteca.
¿Que es lo mejor para tu caso?
Una novación es la opción más sencilla para cambiar el tipo de interés de tu hipoteca de variable a fijo porque no tienes que ir a otro banco, tendrás cuotas fijas y pagarás menos intereses globales.
En la subrogación, las fuerzas de la oferta y la demanda en el mercado hipotecario pueden jugar a tu favor.
En todo caso, los términos de la nueva ley hipotecaria favorecen los derechos de subrogación y sustitución. Sin embargo, esto depende totalmente del consumidor, quien tiene que evaluar si amortizará el cambio de tarifa y cómo afectará a su economía.
En términos generales, si está en la primera mitad del plazo del préstamo, con muchos años restantes, cambiar de una tasa variable a una tasa fija puede brindarle seguridad para su futuro. La gestación subrogada es probablemente la opción más interesante si te quedan al menos 10 años.